El periódico: lección de antropología
“Cada periódico es una lección de antropología”, dijo en conferencia un filósofo amigo mío hace un par de semanas. “Qué hay en portada, qué en titulares grandes, qué en páginas interiores y qué no aparece en ninguna parte”. Tiene toda la razón. Empezando por los lemas de algunos (“el diario independiente de la mañana”, “el mundo del siglo XXI”, etc.) “Dime de qué presumes y te diré de lo que careces”, dice el refranero español.
El caso es que aquella frase me pareció muy acertada. No sólo por la jerarquía de las informaciones -me río de la supuesta “neutralidad”-, sino, sobre todo, por las virtudes de las que se presume -investigación, independencia, preocupación por el lector, veracidad- y por las informaciones o temas que no aparecen -la llamada por los teóricos “espiral del silencio”-.
Mientras los grandes temas permanecen acallados en la conciencia mediática colectiva, aquí estamos nosotros, en muchos casos, meros altavoces de la agenda marcada por los medios. Y, cuando no, cuando algunos post interesantísimos de muchos blogs poco conocidos proponen otro enfoque, siempre llega algún disco rallado de ideología aprendida que no se entera de nada. Con su frase feliz, responde ante determinadas perlas -frescas, originales o distintas- con su lema aprendido, su tópico repetitivo y su desacuerdo rotundo con afirmaciones que, por cierto, no se hacían en el post.
Es desolador ver cómo alguien que eleva el debate, o gira la perspectiva, e inicia un diálogo interesante con otro… queda sepultado en minutos bajo la defensa absurda de acusaciones sobre cosas menores, archidiscutidas y que, por otro lado, el jamás ha dicho. ¿No se podrá abordar la realidad desde perspectivas no ideológicas?
El caso es que aquella frase me pareció muy acertada. No sólo por la jerarquía de las informaciones -me río de la supuesta “neutralidad”-, sino, sobre todo, por las virtudes de las que se presume -investigación, independencia, preocupación por el lector, veracidad- y por las informaciones o temas que no aparecen -la llamada por los teóricos “espiral del silencio”-.
Mientras los grandes temas permanecen acallados en la conciencia mediática colectiva, aquí estamos nosotros, en muchos casos, meros altavoces de la agenda marcada por los medios. Y, cuando no, cuando algunos post interesantísimos de muchos blogs poco conocidos proponen otro enfoque, siempre llega algún disco rallado de ideología aprendida que no se entera de nada. Con su frase feliz, responde ante determinadas perlas -frescas, originales o distintas- con su lema aprendido, su tópico repetitivo y su desacuerdo rotundo con afirmaciones que, por cierto, no se hacían en el post.
Es desolador ver cómo alguien que eleva el debate, o gira la perspectiva, e inicia un diálogo interesante con otro… queda sepultado en minutos bajo la defensa absurda de acusaciones sobre cosas menores, archidiscutidas y que, por otro lado, el jamás ha dicho. ¿No se podrá abordar la realidad desde perspectivas no ideológicas?
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