Senadores contra el dragón del relativismo
“Tal vez, el dragón no sea sino una princesa que espera vernos, una sola vez, hermosos y valientes”. Así le animaba Rainer María Rilke al joven poeta que le escribió, una vez, con incertidumbre, sobre la calidad de sus poemas. “La fuerza de un hombre está en su tensión hacia su opción fundamental”, me reveló, una vez, un sabio profesor de antropología filosófica. Cuántas veces, me pregunto yo, nuestra opción fundamental, nuestra vocación, nuestra princesa, aguarda detrás de un ilusorio dragón que caerá derrotado por un noble gesto que despleguemos en la batalla. Un solo gesto augura la victoria. Un solo gesto la acerca. Un solo gesto la conquista. Es cierto: es suma de infinitos gestos vistos al final de los tiempos; pero, aquí y ahora, cada vez, un solo gesto, hermoso y valiente.
A los héroes del Senado, entre el 20 y el 22 de junio de 2005.
A los héroes del Senado, entre el 20 y el 22 de junio de 2005.
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